Cada vez nos encontramos con más cervezas fantasma en el mercado. Cervezas disfrazadas de lo que no son. Las hay buenas, mediocres y malas, como en el universo de las cervezas artesanas honestas. Pero aunque conviven con nosotros en este mundo, su espíritu vive en otro lado. La mayoría son cervezas de importación o elaboradas a cientos de kilómetros del lugar de consumo. Pero comparten una misma característica: son vendidas, a veces encubiertamente, como cervezas locales. Es como si el chocolate suizo lo elaboraran en Valladolid o la sobrasada mallorquina en Berlín.
Ya lo decíamos nosotros hace tiempo (¿verdad?) y ahora lo dicen los científicos de la Universidad de Tel Aviv: la cerveza tiene efectos positivos en nuestro genoma y puede alargar la vida de los que la beben. Los investigadores comandados por el profesor Martin Kupiec han investigado los efectos del café y de la cerveza trabajando con una levadura que tiene mucha semejanza con la genética humana (quizás la noticia tendría que ser esta, ¿no? Nos parecíamos al mono y ahora nos parecemos a la levadura...nos van a volver locos). En este estudio, los científicos israelíes han demostrado que la cafeína acorta los telómeros (la parte final de los cromosomas del ADN) y el alcohol los alarga. Este acortamiento de los telómeros está relacionado directamente con el envejecimiento y el cáncer. Según Kupiec, "Lo que hemos descubierto algún día contribuirá a la prevención y el tratamiento de las enfermedades". Por tanto, buenas notícias para los cerveceros y ojo con la cafeína del café o la Coca Cola.
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